lunes, 3 de mayo de 2010

DIARIO APÓCRIFO DE MARÍA
De mi infancia recuerdo yo la Presencia.
La niña que yo fui se preguntaba
qué o quién la invadía,
qué hilos tiraban de su sangre ¿hacía donde?
Recuerdo que una noche me desperté llorando
asustada de lo ancho del sueño,
como si no tuviera corazón para tanto.
La vida -como un traje-
se me iba quedando pequeña, y avanzaba
por el misterio que, misteriosamente,
se me volvía dulce y cotidiano.
Ni rezar era necesario. Lo invisible
crecía en mí
silencioso
como los sueños de la hierba en la noche.
(MARTÍN DESCALZO)

No hay comentarios:

Publicar un comentario