viernes, 3 de enero de 2014

UN EVANGELIO PARA CANTAR



1       En el principio ya existía el Verbo
          y el Verbo estaba vuelto hacia DIOS
          y el Verbo era DIOS.
2        El estaba en el principio vuelto hacia DIOS.
3.       Todo llega a suceder mediante él
          y al margen de él no sucede cosa alguna.
4        Él era la vida de cuanto llega a suceder en él.
          y la vida era la luz de los hombres
          y la luz brilla en las tinieblas
5        y las tinieblas no la dominaron.

CONTRABANDISTAS DE DIOS

Escuché el otro día a un sacerdote la metáfora del contrabando. Y me gustó aplicándola a los laicos, llamados a ser contrabandistas de Dios.
Hace contrabando, palabra que significa ir contra el bando o ley establecida, aquel que en una sociedad donde cada vez hay más remilgos para hablar de Dios, para testimoniar sin tapujos que se es creyente, para introducir en la banalidad una chispa de trascendencia, hace contrabando pues el laico comprometido con su fe que no sólo no la oculta sino que se empeña en trasmitirla.
Desde luego para ser contrabandista se necesita un talante: querer serlo, buscar una “ganancia” que otros no buscan o no se atreven a  buscar porque implica riesgos. El contrabandista asume el riesgo, posee un cierto espíritu aventurero y sabe, también, esperar el momento oportuno. No se lanza a lo loco. Los grandes y expertos contrabandistas son, básicamente, gente que conoce el terreno que pisa, sabe cuáles son los puertos de montaña o de mar menos vigilados… y camina o viaja, según se tercie, con la mirada puesta en la ganancia.
Hoy, lo políticamente correcto es no hablar de Dios, no sacarlo a la calle sino permitir al vecino que, si lo quiere tener, lo tenga, sí, pero en la buhardilla.
Cuando el Papa manda a todos a las periferias de los mundos nos está pidiendo que seamos contrabandistas. Centenares de aduanas han visto pasar coches que en su interior llevaban un tesoro oculto, maletas con doble fondo, motores trucados, gabardinas forradas… Yo debo conocer el terreno que piso – la necesidad de espiritualidad que tiene nuestra sociedad – arriesgar, conocer el momento oportuno… Soy como esa maleta de doble fondo: llega a la oficina un contable, un maestro a las aulas, un médico a la consulta, una mujer que limpia a la casa que limpia…pero en el fondo llega un tesoro porque llega un hombre o una mujer de fe.
Según el dicho popular, a veces nos han dado a todos gato por liebre. Creíamos adquirir algo de valor – la liebre – y resultó un timo, una baratija, un gato. Conversaba con un extranjero que me manifestaba su asombro ante la poca vida que ve aquí en las parroquias.
-          Pero – me decía-  es que aquí todo gira en torno al templo, o sólo está el templo. Las parroquias de mi país son en su mayoría, una especie de complejo en el que hay canchas deportivas, bibliotecas infantiles y, por supuesto, la iglesia. Pero a la parroquia van también los no creyentes. Hay deporte, charlas culturales…De entrada – añadía- eso da una visión muy positiva de la Iglesia. Y muchos se quedan enganchados, claro…
Eso es realmente saber dar liebre por gato. Uno va por el deporte (el gato) y sale con Dios en el corazón (la liebre).

Quizá deberíamos aprender de todas esas parroquias que contrabandean a Dios, que dan liebre por gato. Y deberíamos tener claro que la misión del laico es ser, pura y llanamente, contrabandista de Dios. 

martes, 31 de diciembre de 2013

VISITA A NAZARET EN AÑO NUEVO



AÑO NUEVO COINCIDE EN MIÉRCOLES, QUE NUESTRO CORAZÓN VISITE LA CASA DE NAZARET, QUE NO FALTE A LA CITA... 

Sagrada Familia de Nazaret, Jesús, María y José. Con confianza de hijo vengo a vosotros para estrenar en vuestra compañía un nuevo  año, un nuevo tiempo que, por Gracia, estoy llamado a vivir al ritmo y estilo de Nazaret.
Enseñadme a estrenar, no el tiempo del calendario, sino el del corazón. Enseñadme a vivir el minuto con valor de eternidad y a descubrir la eternidad en cada minuto.
De ti José, quiero aprender el valor del silencio, de la custodia de la familia, del trabajo bien hecho: enséñame a amar sin protagonismos. De ti, Madre, quisiera aprender a aceptar los desafíos de Dios entonando el Magnificat; dame tu fidelidad y llévame del hogar de Nazaret a la Cruz para resucitar con tu Hijo. Y tú, Niño de Belén, transforma mi corazón para que no se endurezca, para que no se enorgullezca, para que no se pierda. Que no pierda la ternura y que, aunque pasen los años, conserve  siempre un corazón de niño. Que al concluir el año que hoy comienza también yo, como tú, haya pasado haciendo el Bien. ¡Hazme semejante a ti! Pongo a tus pies este año para que en él me moldees.  
Sagrada Familia de Nazaret, enseñadme que es en el día a día que se me permite acercarme a Dios, conocerlo, amarlo y servirle más y mejor. Enseñadme que es en el tiempo que voy viviendo ya la eternidad. Que el 2014 sea en mi corazón un preludio de cielo. No porque no tenga problemas sino porque los vivo con ustedes.

Bendecid mi familia (nombrar a todos los miembros), bendecid todas las familias del mundo y bendecid la gran familia de Nazaret. Que con la ayuda de San José Manyanet y M. Encarnación seamos todos un nuevo Nazaret.  

domingo, 29 de diciembre de 2013

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA, ANGELUS DEL PAPA


Texto completo de las palabras del Papa antes del rezo del Ángelus en la fiesta de la Sagrada Familia (29-12-2013)

Queridos hermanos y hermanas:
En este primer domingo después de Navidad, la Liturgia nos invita a celebrar la fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret. En efecto, cada pesebre nos muestra a Jesús junto a la Virgen y a San José, en la gruta de Belén. Dios ha querido nacer en una familia humana, ha querido tener una madre y un padre. Como nosotros.
Y hoy el Evangelio nos presenta a la Sagrada Familia en el camino doloroso del exilio, en busca de refugio en Egipto. José, María y Jesús experimentan la condición dramática de los prófugos, marcada por el miedo, la incertidumbre y las estrecheces (Cfr. Mt 2, 13-15.19-23).
Lamentablemente, en nuestros días, millones de familias

ORACIÓN DEL PAPA A LA SAGRADA FAMILIA



“Jesús, María y José,
en ustedes contemplamos
el esplendor del amor verdadero,
a ustedes nos dirigimos con confianza.

Sagrada Familia de Nazaret,
haz que también nuestras familias
sean lugares de comunión y cenáculos de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas Iglesias domésticas.

Sagrada Familia de Nazaret,
que nunca más en las familias se vivan experiencias
de violencia, cerrazón y división:
que todo el que haya sido herido o escandalizado
conozca pronto el consuelo y la sanación.

Sagrada Familia de Nazaret,
que el próximo Sínodo de los Obispos
pueda despertar en todos la conciencia
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
su belleza en el proyecto de Dios.

Jesús, María y José,
escuchen y atiendan nuestra súplica. Amén”.