Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por
él.
Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y
tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que
cumplamos toda justicia. Entonces le dejó.
Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí
cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma,
y venía sobre él.
Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en
quien tengo complacencia (Mt 3,13-17)
Este domingo es fiesta grande. El
Bautismo de Jesús tiene una profunda significación teológica que los ortodoxos
festejan especialmente. Porque más allá de ser un relato que tiene a Jesús como
protagonista, asistimos a una revelación trinitaria. En la biblia se llaman
teofanías las manifestaciones del Padre. En el evangelio se nos narran tres
teofanías: el Bautismo de Jesús, la Transfiguración en el monte Tabor y la
Resurrección de Cristo, en la que el Padre es el gran protagonista al
glorificar a su Hijo.
Las Teofanías suelen tener dos
partes: visión y voz.
LA ESCENA HUMANA. Juan comenzaba a tener un cierto éxito