martes, 29 de junio de 2010




Cuando tenemos el Espíritu Santo, el corazón se dilata, se baña en el Amor divino.
Sin el Espíritu Santo, somos como una piedra del camino. Tomad en una mano una esponja embebida de agua y en la otra una piedra; presionadlas de la misma manera; no saldrá nada de la piedra y de la esponja haréis salir el agua en abundancia. La esponja es el alma llena del Espíritu Santo, y la piedra es el corazón frío y duro donde el Espíritu Santo no habita.
El Espíritu Santo forma los pensamientos en el corazón de los justos y engendra las palabras en su boca. Aquellos que tienen el Espíritu Santo no producen nada malo; todos los frutos del Espíritu Santo son buenos… Cuando tenemos el Espíritu Santo, el corazón se dilata, se bañan en el Amor divino.
Hará falta decir cada mañana: “Dios mío, envíame tu Espíritu que me haga conocer lo que soy y lo que tú eres”.

San Juan María Vianney, cura de Ars

1 comentario:

  1. Espíritu de amor, inunda nuestras vidas, enséñanos a ser portadoras de buena noticia y sembradoras de esperanzas, llénanos de ti.

    Gracias hermana, por enriquecernos con tus mensajes. Dios te bendiga.

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