EL CÓDIGO QR
Los códigos QR los inventó una compañía japonesa. Hoy están extendidos por todo el mundo y se usan en todos los ámbitos. Se trata de un sencillo código bidimiensional que puede almacenar una gran cantidad de datos. Aunque se pensó para clasificar productos mercantiles, hoy hay quien los usa en su tarjeta de visita, en el anuncio de un piso que se vende porque puede enseñarte el piso sin entrar en él, en revistas de agencias de viaje que te llevan de ruta, en educación y en múltiples campos del saber humano.
Por supuesto, para leer el código debes tener un lector en tu móvil. Los de última generación ya lo traen incorporados, en los más antiguos debes descargarte el lector.
Me he divertido mucho haciendo un mini-curso de códigos QR. Pero a medida que aprendía pensaba que muchas veces, para nosotros, Dios habla en código QR. No lo entendemos. Bastaría tener un pequeño y sencillo lector en el corazón para ser capaces de entender entre líneas su Voluntad. Él no es complicado, es suma sencillez. Quien inventó el código QR se basó en un patrón muy simple. Pero precisas lector. Es barato y asequible. Sólo hay que buscarlo. Cuando lo tienes resulta casi un juego ir leyendo lo que para otros es un garabato. Tiene sentido ese sinsentido. Y comienzas a crear códigos QR. Porque quien aprende el lenguaje de Dios ya no sabe hablar de otro modo.
Pidamos el lector para nuestro corazón; porque Dios nos sigue hablando.
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