CUANDO LA BELLEZA ESTÁ EN LA CALLE…
No, no es un Liceo, ni un gran teatro. Pasó en un centro comercial, donde el trajín iba unido al descanso breve de tomar algo para seguir con las compras. De repente, comenzó a sonar “El Mesias” de Haendel. Y un coro oculto se fue levantando para interpretar tan magnífica pieza. Pero lo bonito es ver cómo cambian las caras, cómo afloran las sonrisas y cómo alguno se suma a los momentos más célebres y populares.
En nuestra vida cotidiana existe ese “coro oculto”. La música, espléndida, es del Espíritu, y todos nuestros talentos, nuestras habilidades, nuestras virtudes pueden sonar magistralmente si seguimos el tono del Espíritu. Como lo sigue la chica que inicia el canto y no suelta el móvil por donde le llegaba la música…
Cantemos con nuestra vida. En la cocina, en la oficina, en un centro comercial, en la escuela o en el tren. Podemos cambiar los rostros de quienes se crucen con nosotros…
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