sábado, 1 de diciembre de 2012

miércoles, 28 de noviembre de 2012

MANYANET DE LA A...A LA Z...


E de Escuela
Una de las imágenes más relevantes que Manyanet nos da de Nazaret es la de la “escuela”.
Nazaret es el ámbito en el que incluso Dios aprende a ser persona. Por tanto sólo si vamos a Nazaret aprenderemos nosotros a ser la gloria de Dios, aprenderemos a ser persona según el estilo de Jesús.
Nazaret es escuela de virtudes y las virtudes son la moneda pequeña y cotidiana  de la santidad. Nazaret presupone actitud de discípulos: humildad y docilidad resultan imprescindibles para crecer, como Jesús, en gracia y sabiduría.
En la Escuela de Nazaret nuestro corazón halla lo que desea y desde ella somos capaces de atraer al mundo pues la familia de Nazaret es perfume que se esparce por doquier.
Hablamos ya de Desideria, pero es impensable no citarla al reflexionar sobre qué significa vivir en la escuela de Nazaret.  Veamos qué podemos descubrir en las visitas que hace Desideria a Nazaret:
-          Vivir en la escuela de Nazaret es una respuesta a los toques interiores” que el corazón experimenta y a la seducción que el Misterio  irradia: atraída por la exquisita fragancia de vuestras virtudes” ( E.N. I,I ).  Dios, el Maestro interior, es quien llama y nos seduce lentamente hasta atarnos  con suaves lazos.
-          Vivir en la escuela de Nazaret supone también el atrevimiento, la “parresía” de los hijos de Dios: perdonad mi atrevimiento (E.N.I,I ) dice en repetidas ocasiones Desideria.
Desideria refleja muy bien cómo podemos ir y por qué motivos a  la escuela de Nazaret:  por “la dicha de poder visitaros”, “para escuchar las palabras de paz y vida eterna”, para “ofrecer no sólo lo que se tiene y vale sino el corazón”, “buscar ánimo, aliento y comprensión para mis defectos e ignorancias”…tantas cosas!
También se nos piden algunas actitudes que Desideria explica así: (vengo)   ansiosa, deseosa, agradecida, acostumbrada...y resuelta a poner por obra lo que aprende en Nazaret”.
Para ello, hará falta un grado de intimidad: “sientate cerquita” ( E.N. I,I ) le dice Jesús a Desideria.  Y son necesarias unas condiciones:
Acércate con infantil sencillez y confianza.
Escucha con atención y agradecimiento.
Guarda diligente las divinas palabras en tu corazón.
Sé agradecida y fervorosa.
Acrecienta tu esperanza
No te arredren las dificultades.
Sé humilde.
Pon por obra cuanto aprendas.

En Nazaret nuestro corazón se unifica: mi deseo más profundo –Dios- pasa  a ser lo único que quiero. Manyanet apuntará que mientras no vivimos unificados…vivimos en tibieza, mediocridad. Algo que no es propio de Nazaret.

MI FLOR DE ADVIENTO


Llega, alegre, el Adviento. Y con él os regalo mi flor de Adviento porque es tiempo de girarse hacia el Sol, de buscarlo entre nubes y tempestades; es tiempo de dejar que Él vivifique el corazón. Adviento, tiempo de Gracia que me invita a girarme (convertirme) hacia la Luz.