sábado, 11 de enero de 2014

FIESTA DEL BAUTISMO DE JESÚS


Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él.
Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó.
Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.
Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia (Mt 3,13-17)

Este domingo es fiesta grande. El Bautismo de Jesús tiene una profunda significación teológica que los ortodoxos festejan especialmente. Porque más allá de ser un relato que tiene a Jesús como protagonista, asistimos a una revelación trinitaria. En la biblia se llaman teofanías las manifestaciones del Padre. En el evangelio se nos narran tres teofanías: el Bautismo de Jesús, la Transfiguración en el monte Tabor y la Resurrección de Cristo, en la que el Padre es el gran protagonista al glorificar a su Hijo.
Las Teofanías suelen tener dos partes: visión y voz.

LA ESCENA HUMANA. Juan comenzaba a tener un cierto éxito

TODO ES SAGRADO




Señor, todo es sagrado
para quien sabe ver en la mirada
inocente de un niño tu inocencia,
tu obra inacabada;
tu amor, en una madre; tu belleza,
en un cuadro, en un verso, en un poema…
Señor, todo es sagrado
para quien sabe ver en las moléculas,
encendidas, que forman las estrellas,
la mano que sostiene
el Universo entero y lo completa.
Señor, todo es sagrado
para quien sabe verte en cada puesta
de sol, en cada aurora.
Para quien sabe amarte en la pobreza
de los pobres del mundo, en su miseria,
Y aguarda ser un día:
espuma de tu playa,
arena de tu arena,
arroyo de tu agua,
gavilla de tu era…


¡Luminosa presencia en tu Presencia!.


(José Ganivet Zarcos) 

jueves, 9 de enero de 2014

MANYANET DE LA A...A LA Z.


H de hijos e hijas.

Para Manyanet una palabra muy querida es hijo, hija. El religioso y la religiosa  de su Instituto se reconoce, ante todo, hijo de la Sagrada Familia. En el libro de La Escuela de Nazaret, Jesús, María y José llaman a Desideria “hija” como el más bello de los nombres. Y ella se identifica hasta suplicar: Bendecid ahora a vuestra hija y quedará del todo consolada.

Ser hijo/a de la Sagrada Familia nos define. Por cuanto Jesús, a quien nos consagramos y seguimos, es Hijo; por cuanto un hijo debe parecerse a su Padre y “ser santo como Él es santo”. El hijo es fruto del amor. Manyanet se sabe hijo de un amor de predilección y también son hijos de este amor los dos Institutos. Pero además el hijo vive en la intimidad de la familia…de la familia de Jesús, María y José. Por eso, por ser hijo/a, podemos ser testigos y apóstoles de la Sagrada Familia.  

“Este solo calificativo debe llenarnos  de  esperanza y alegría santa, a la par que recordarnos constantemente que hemos sido,llamados a  copiar en nosotros con mayor perfección las virtudes, de las que nos dieron  admirable ejemplo nuestros amados padres Jesús, María y José”.


Es una palabra bonita en su significado. Viene del latín “filius”, palabra que emparenta con “felix, felicis” que significa fértil, fecundo y, por extensión, feliz. Por tanto, somos plenamente hijos/as de la Sagrada Familia si, como tales, somos fecundos en nuestra vida, si engendramos vida. Porque el hijo, que recibe la vida por definición, está llamado a ser fértil. Sólo así será feliz. 

Manyanet no quiso para sus hijos e hijas otro nombre que el de hijos. El espíritu de filiación que recibimos en el bautismo halla su plenitud en la vivencia de Nazaret. Sabernos hijos/as hace florecer en nosotros las virtudes que caracterizan Nazaret: el abandono, la simplicidad y sencillez, la acogida, la capacidad de asombro, el afán de conocer – de alcanzar la auténtica sabiduría- la confianza, la transparencia de corazón…
Dicen que nuestro mundo ha “matado” la figura del Padre. No lo sé, tan sólo sé que necesitamos ser lo que somos: hijos
Y por supuesto, reconocernos hijos implica vivir como hermanos, que también tiene H!

[1] MD,I.21ª