sábado, 2 de noviembre de 2013

JESÚS RECICLA A ZAQUEO




Entró en Jericó y cruzaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura.  Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí.  Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa.»  Se apresuró a bajar y le recibió con alegría.  Al verlo, todos murmuraban diciendo: «Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador.»  Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré cuatro veces más.»  Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abrahán,  pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.»   Lucas 19, 1-10

La escena de Zaqueo me ha fascinado siempre. Tiene tal dinamismo, puesto que una conversión es esencialmente dinámica, motor en marcha, que todos los verbos y adverbios del relato parecen implicar prisa. La prisa del “flechazo”, del “amor a primera vista”.

PLANES QUE CAMBIAN

Jesús va acompañado de los suyos y pasa por Jericó. Era ruta habitual. Parece que sólo piensa cruza la ciudad y seguir su camino pero el Amor lo retendrá. Un hombre cambiará sus planes.  ¿Nos hemos fijado alguna vez en que Jesús cambia mucho de planes? No quiere hacer un milagro en Caná y lo hace; no quiere atender a la cananea y le regala el milagro; no quiere quedarse en Emaús y entra a cenar…y no pensaba quedarse en Jericó y se queda.
San Agustín decía que la oración es la impotencia de Dios y la omnipotencia de la persona. Dios, que no se aferró a su dignidad, no se aferra a sus intenciones. Deberíamos aprender que la Voluntad de Dios no es algo estático, delineado desde el principio…una carretera que hay que encontrar procurando luego no salirse de ella. La Voluntad de Dios se parece más al Viento que hay que saber leer y aprovechar para volar al máximo… libremente. Es lo que hace Jesús, que escucha, atiende y se conmueve.

EL PAPA PREGUNTA A LAS FAMILIAS




A este papa tan cercano que, no sólo se deja abrazar mientras predica, sino que hasta se deja "robar" el sillón por un niño (bastante inquieto, por cierto), no se le ha ocurrido otra cosa que enviar un cuestionario a todos los obispos del mundo sobre la familia con el fin de preparar el Sínodo sobre la Familia. En el cuestionario se tocan temas candentes como las familias formadas por divorciados o separados de anteriores familias, las parejas de un mismo sexo, la participación en sacramentos de los divorciados...
Es un cuestionario que ha puesto ya muy nervioso a algunos sectores. Todo dependerá de cómo decidan los obispos que debe trabajarse esta encuesta. ¿La conocerán sólo algunos eclesiásticos? ¿Llegará sólo a los Consejos Pastorales de las parroquias? ¿Llegará a todos y se formarán grupos de trabajo en las parroquias?. Veremos.
Tengo para mí que el Papa no pregunta para saber sino porque sabe muy bien lo qué hay, lo ha vivido de cerca y quiere ir pertrechado con la verdad ante ese sector que no va a aceptar fácilmente algunas modificaciones.

Puedes leer aquí el cuestionario y sugeriría que se dedicase alguna reunión de Laicos Nazaret a leerlo. Si en las respectivas parroquias se abren grupos de trabajo, sería fantástico incorporarse a ellos como miembros del Movimiento

CUESTIONARIO DEL PAPA ENVIADO A LAS CONFERENCIAS EPSCOPALES DE CADA PAÍS PARA PREPARAR EL SÍNO SOBRE LA FAMILIA.  

miércoles, 30 de octubre de 2013

ORACIÓN DEL PAPA A LA SAGRADA FAMILIA


Jesús, María y José
a ustedes, Santa Familia de Nazaret
hoy les dirigimos la mirada
con admiración y confianza,
en ustedes contemplamos
la belleza de la comunión en el verdadero amor;
a ustedes le encomendamos todas nuestras familias,
para que se renueven en ellas las maravillas de la gracia.

Santa Familia de Nazaret,
escuela atrayente del santo evangelio:
enséñanos a imitar tus virtudes
con una sabia disciplina espiritual,
dónanos la mirada límpida
en la que se reconoce la obra de la Providencia
en las realidades cotidianas de la vida

Santa Familia de Nazaret,
custodios fieles del misterio de la salvación:
hagan renacer en nosotros la estima por el silencio,
vuelve a nuestras familias cenáculos de oración
y transfórmalas en pequeñas Iglesias domésticas,
renueva el deseo de la santidad,
apoya la noble fatiga del trabajo, de la educación,
de la escucha, de la comprensión recíproca y del perdón.

Santa Familia de Nazaret,
devuelve a nuestra sociedad la consciencia
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
bien inestimable e insustituible.

Cada familia sea habitación acogedora de bondad y de paz
para los niños y para los ancianos,
para quien está enfermo y solo,
para quien es pobre y necesitado.
Jesús, María y José
les rezamos con confianza, 
y nos ponemos con alegría

bajo vuestra protección.

lunes, 28 de octubre de 2013

HOMILIA FINAL DEL ENCUENTRO DE FAMILIAS.



Evangelio del fariseo y el publicano. 27 de octubre de 2013

Francisco: ¿Queridas familias, rezan alguna vez en familia? Debemos reconocer que necesitamos de Dios. Poner en las cosas cotidianas la levadura de la fe. Las lecturas de este domingo nos invitan a meditar sobre algunas características fundamentales de la familia cristiana.
La primera: La familia que ora. El texto del Evangelio pone en evidencia dos modos de orar, uno falso – el del fariseo – y el otro auténtico – el del publicano. El fariseo encarna una actitud que no manifiesta la acción de gracias a Dios por sus beneficios y su misericordia, sino más bien la satisfacción de sí. El fariseo se siente justo, se siente en orden, y juzga a los demás desde lo alto de su pedestal. El publicano, por el contrario, no utiliza muchas palabras. Su oración es humilde, sobria, imbuida por la conciencia de su propia indignidad, de su propia miseria: este hombre se reconoce necesitado del perdón de Dios.
La del publicano es la oración del pobre, es la oración que agrada a Dios que, como dice la primera Lectura, "sube hasta las nubes", mientras que la del fariseo está marcada por el peso de la vanidad.
A la luz de esta Palabra, quisiera preguntarles a ustedes, queridas familias: ¿Rezan alguna vez en familia? Algunos sí, lo sé. Pero muchos me dicen: ¿Cómo se hace? La oración es algo personal, y además nunca se encuentra el momento oportuno, tranquilo… Sí, es verdad, pero es también cuestión de humildad, de reconocer que tenemos necesidad de Dios, como el publicano. Y se requiere sencillez. Rezar juntos el "Padrenuestro", alrededor de la mesa, se puede hacer. Y rezar juntos el Rosario, en familia, es muy bello, da mucha fuerza. Y rezar el uno por el otro: el esposo por la esposa, los papás por los hijos, los hijos por los papás, y también por los abuelos. Rezar los unos por los otros, esto se rezar en familia y vuelve fuerte la familia... La oración. 

La segunda Lectura nos sugiere otro aspecto: la familia conserva la fe.

domingo, 27 de octubre de 2013

EL PAPA A LAS FAMILIAS


“Pidamos permiso para no ser invasores. En familia: ¿Puedo hacer esto, te gusta que haga esto?... Demos gracias, gracias por el amor… Y todos nos equivocamos, y a veces alguno se ofende en la familia, o en el matrimonio… No terminen la jornada sin hacer la paz, cada día… En familia, perdonarse cada día”

26 de octubre de 2013.- (Zenit ) La Jornada Mundial de la Familia fue una fiesta junto al Papa Francisco que  considera que hay tres palabras fundamentales para la convivencia en familia, "permiso, gracias y perdón".

Unos 150.000 miembros de familias católicas venidas de 75 países se reunieron en la Plaza de San Pedro y aledaños para la peregrinación a la Tumba de San Pedro en el Año de la Fe, bajo el lema "¡Familia, vive la alegría de la fe!”, y para encontrarse con el pontífice.
La niña Federica, de unos diez años en el micrófono le dijo al Papa “Te quiero mucho” y le mostró un dibujo, le confió que su mamá le ha enseñado a cocinar algunas cosas, y a rezar por los otros. Cientos de globos fueron dejados libres y volaban mientas los diversos coros entonaron sus cantos y los fieles agitaban sus brazos.
Mons. Paglia le llamó: “Papa, Francisco, o mejor papá Francisco”. Y recordó que los papás abuelos y niños allí presentes en la plaza le hicieron “recordar el sueño del profeta Zacarías” y de la alegría de la fe, por la que “hacemos fiesta”, junto "con la presencia de familias de más de 75 países". Recordó también a las familias en dificultad como las de Siria, probadas por la guerra y a quienes la plaza les envió un aplauso de apoyo. En la celebración festiva participaron por algunos minutos acróbatas circenses y artistas de calle que amenizaron la fiesta con algunas demostraciones.
Una mamá recordó la gran aventura que es la familia, y varias pareja de jóvenes indicaron la fecha en que se van a casar y las dificultades que deberán enfrentar, como una de romanos al confiar que a pesar de no tener un trabajo seguro y no saber cómo van a pagar el alquiler, decidieron casarse en primavera.
También el testimonio de unos abuelos que desde España vinieron a Roma con toda la familia, sobrinos incluidos. En medio de todo esto el Santo Padre le bendijo el niño a una madre encinta.
Se escuchó el testimonio de una mujer siria, que contó el drama y el miedo que les empujó a escapar a Jordania y que viven el drama del exilio y de la guerra. Y su esposo agradeció al santo padre la vigilia de oración por la paz en Siria'.
Las familias en misión estuvieron presentes, fue leída la carta de una familia italiana, de Florencia, en misión en tierra musulmana; y de otra familia con una niña, del Camino Neocatecumenal, que ahora están Albania y que dejaron sus trabajos y vida en Italia para servir allí a la Iglesia.
No faltaron dos abuelos, directores de películas, de convicciones diversas, que quisieron presentar su testimonio al Papa Francisco. Fueron Pablo y Victorio Taviani, quienes sufrieron la barbarie del nazi-fascismo en la Segunda Guerra Mundial, sobre la cual hicieron un film, como otro sobre el genocidio del pueblo armenio.
También estuvo el testimonio de una familia, suegros incluidos, que habían llevado a vivir con ellos a la otra abuela, a pesar de que la casa era pequeña y de las dificultades que esto significaba.
Una familia joven de Lampedusa, de pescadores, contaron cuando les llamaron para ayudar a los desesperados que desembarcaban, con particulares tremendos. Junto al de un ingeniero agrario de Nigeria que se escapó de África y en la estiva de una barca vio morir a 25 inmigrantes, entre los cuales un primo suyo, antes de llegar a la isla italiana.
Hacia el final del evento, el Papa dirigió sus palabras al público, que lo interrumpió varias veces con sus aplausos. Al concluir el santo padre dio su bendición y dijo: "No podemos irnos sin pedirle a la Virgen que nos proteja a todos", y rezó un Ave María

TEXTO COMPLETO DE LA MEDITACIÓN DEL PAPA FRANCISCO A LAS FAMILIAS