sábado, 18 de octubre de 2014

PREGUNTAS A DIOS


Entonces los fariseos se fueron y celebraron consejo sobre la forma de sorprenderle en alguna palabra. Y le envían sus discípulos, junto con los herodianos, a decirle: «Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con franqueza y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas. Dinos, pues, qué te parece, ¿es lícito pagar tributo al César o no?»
Mas Jesús, conociendo su malicia, dijo: «Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Mostradme la moneda del tributo.» Ellos le presentaron un denario. Y les dice: «¿De quién es esta imagen y la inscripción?» Dícenle: «Del César.» Entonces les dice: «Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios.» Mateo 22,15-21

El ambiente se va crispando en torno a Jesús: en Jerusalén ha tenido diversas discusiones, ha expulsado a los vendedores del Templo y ha señalado a los dirigentes como los que no hacen fructificar la Viña ni dan fruto a Dios. Se puede entender que estuvieran hartos de ese carpintero que los pone en evidencia.
Fariseos y herodianos eran rivales. Pero se unen, tienen un fin común, desacreditar a Jesús.

LAS PREGUNTAS QUE HACEMOS. Qué duda cabe que la persona se hace preguntas. Pero a lo largo del evangelio tenemos varios modelos de gente que pregunta a Jesús:

Zaqueo representa la pregunta honesta. No formula una pregunta con sus labios, lo hace con su cuerpo, sus actos. Y cuando entiende lo que le dice Jesús al escoger su casa para hospedarse no duda en dar una respuesta valiente: La mitad de mis bienes…

El joven rico representa la pregunta-sin-respuesta, la pregunta condicionada a que la respuesta sea de mi agrado.

Pilatos representa la pregunta vacía, la que no espera respuesta ni está abierto a ella: ¿Y qué es la Verdad? Pero da media vuelta y se va. ¡Y la tenía delante!

Fariseos y herodianos recurren a la pregunta-trampa. Se hace con malicia, no se busca la verdad sino desacreditar. Es la del texto de hoy pues si Jesús respondía que debía pagarse tributo lo acusaban de colaboracionista del Imperio romano; si contestaba que no, podían acusarlo de sedición, de rebelión…

Pienso que hay otra postura, la que uso mucha gente que conoció a Jesús y no preguntó. No preguntar puede indicar que no te interesa la respuesta o que no concedes autoridad a la persona para que te dé respuesta.
Hoy es un buen día para reflexionar sobre nuestras preguntas…

LA RESPUESTA DE JESÚS. Jesús debió sentirse herido al ver cómo querían manipularlo. Y los pone en evidencia pero sobre todo, establece un principio universal: Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
¿Y qué es lo que es de Dios?
La vida entera. Quizá por eso hoy celebramos el domingo misionero…


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