F de Familia
Cuando somos jóvenes
tenemos muchas palabras. Madurar y hasta envejecer, consiste en irte desnudando
de toda palabrería para quedarte con aquella palabra que sintetiza y potencia
tu vida. Dios tiene una palabra para
cada uno de nosotros y descubrirla puede llevar toda la vida. A veces, por
pura gracias, algunas personas la descubren tempranamente. Cuando se ha “oído”
se convierte en la palabra motor que mueve toda la existencia y así lo vemos en
muchos santos: para Teresa de Lisieux fue “infancia”, para Francisco de Asís “pobreza”,
para Ignacio de Loyola “magis”, para Domingo de Guzmán “veritas”, para Teresa
de Jesús “oración”, para Carlos de Foucauld “Nazaret”…
Cada santo revela al
mundo es “cosa necesaria” que todavía nos falta en nuestro conocimiento de
Dios. La
vida y obra de Manyanet tiene una única palabra: Familia.
La espiritualidad de Manyanet consiste en captar de manera sencilla y profunda
el misterio de un Dios que es familia y el realismo de la Encarnación del Hijo
de Dios. Desde el momento que toma conciencia de ese don, dedica toda su vida a
la propagación de la devoción y culto a la Sagrada Familia. De la contemplación
de esta Trinidad de la tierra se deriva su concepción de la familia humana, que
tambiéne s hogar, escuela, taller y templo.
Para acercar el mundo a
la familia de Nazaret,
·
Funda
dos congregaciones que él definirá como “familias para las familias”.
·
Promueve
la erección de un Templo dedicado a la Sagrada Familia.
·
Escribe
numerosos libros y opúsculos.
·
Fomenta
la devoción a la Sagrada Familia estableciendo “Visitas espirituales a Nazaret”
cada miércoles, escribiendo trisagios en su honor etc…
·
Funda
la revista “La Sagrada Familia”.
·
Promueve
la Visita Domiciliaria de la Sagrada Familia.
·
Deja
las bases para el desarrollo de una Tercera Orden constituida por familias
cristianas y laicos en general.
Manyanet vive espiritualmente en Nazaret con Jesús,
María y José a quienes llama “Nuestros Padres”. Desde allí contempla las familias
del mundo que viven – especialmente en la España del s. XIX- un proceso de
descristianización y se empeña en acercar la realidad al ideal, en llevar el
evangelio de Nazaret a todos los hogares.
Hacer de cada hogar un Nazaret resume su anhelo más
profundo. Porque quien es auténtico hijo y testigo veraz es
siempre apóstol fecundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario