EN ESTA CUARESMA, VENCE EL MAL CON EL BIEN...
lunes, 22 de febrero de 2010
miércoles, 17 de febrero de 2010

DIEZ PASOS PARA ESTA CUARESMA
Javier Leoz
1. El paso de la oración. Con él nos acercamos a Dios. Sin él, nos aislamos y vivimos sin comunicación con el Padre. Sin la oración, la desorientación acosa nuestra vida espiritual. En lo secreto, siempre Dios recompensa cuando se está con El.
2. El paso del amor. Con el nos convertimos en Cristo que da, que ofrece. Sin el, nuestra fe, se puede transformar en una gran mentira. En este paso se condensa toda la vida de Jesús.
3. El paso del ayuno. Con él adelgazamos todo aquello que nos impide entrar en contacto con Dios. Moldeamos, con este paso, nuestro cuerpo espiritual. El ayuno, por si lo hemos olvidado, nos ayuda a tomar conciencia de nosotros y de nuestra propia voluntad.
4. El paso del silencio. En un entorno colapsado por miles de ruidos, el silencio, es algo necesario: útil para escuchar a los demás, urgente para oxigenarnos e imprescindible para intuir a Dios.
5. El paso de la Eucaristía. Con ella, el camino se hace más fácil y más lleno de vitalidad. Con ella no nos falta lo preciso para batallar contra aquello que dificulta y distorsiona nuestra vida cristiana.
6. El paso de la contemplación. En una realidad envuelta por la imagen parece que sólo existe lo que nuestros ojos ven. La cuaresma nos invita a contemplar, a llenar de sensaciones nuestro interior. A no dejarnos seducir por lo puramente externo.
7. El paso de la conversión. Todos somos limitados y, por lo tanto, susceptibles de algún fallo o carencia. Volver de posturas equivocadas, de cerrazones o orgullos personales nos hará vivir la Pascua con más autenticidad
8. El paso de la sobriedad. No es más rico quien tiene, sino aquel que sabe vivir con lo que posee. Jesús nos invita a poner el acento en el “ser” de la persona. Quien pone sus objetivos en el “tener” puede llegar a vivir sin ser feliz.
9. El paso del perdón. La convivencia diaria lleva a momentos de distanciamiento o tensión. Sólo mirando a la cruz hay motivos, más que suficientes, para olvidar, perdonar y comenzar de nuevo.
10. El paso del arrepentimiento. Como personas tenemos mil virtudes y, como humanos, erramos con diversas actitudes, silencios o actitudes. La Pascua, además , nos exige algo tan elemental como un corazón limpio y un interior bien dispuesto.
domingo, 7 de febrero de 2010

VERBOS DE NAZARET (I)
ACOGER
El Antiguo Testamento está cuajado de preciosas historias de acogida humana: Abraham que recibe a los tres misteriosos visitantes (Gn 18), la hija del Faraón que recoge al niño Moisés (Ex 2), la viuda de Sarepta que acoge a Elías (1Re 17), y muchas otras más.
Pero lo cierto es que si la persona es capaz de acoger es porque antes Dios la ha acogido en sus entrañas hasta hacerla a su imagen y semejanza. La acogida de Dios es tan patente para el israelita que éste tiene la profunda convicción de que “aunque mi padre y mi madre me abandonaran Yhavé me recogería” (Ps 27,10). Israel se siente protegido por Dios, vive “bajo el amparo del Altísimo”(Ps 91,1 ). Yahvé es Aquel que acoge su grito, su lamento, sus cantos de júbilo. Todo su ser.
Y no se le ocurre pensar jamás que si él habita en la tienda del Señor, algún día Dios quiera ser acogido en la tienda de la humanidad.
En Nazaret el sentido de la acogida se dilata hasta límites insospechados. Dios pide ser acogido en el seno de María, que puede engendrarlo físicamente porque ya antes había abierto la tienda sagrada de su corazón y Dios había sido engendrado en su interior. Y pide también a José que acoja a María y el Misterio que en ella habita.
La fascinación que hoy ejerce Nazaret sobre tanta gente viene dada porque el Dios trascendente, sublime y distante del Antiguo Testamento se nos revela “normal”. Se convierte en el “Diosito” que con gracia invocan muchos pueblos latinos. Diosito es cercano, normal, uno de los nuestros; Diosito sufre y lucha como tanta gente, es buen vecino y necesita también de la vecindad; Diosito crece, aprende, espera. Pero Diosito nos desvela nuestra propia imagen, nos acerca a Dios y pone de relieve nuestra filiación y nuestra dignidad. Desde que Dios se hizo persona nada puede ser más grande que serlo nosotros también. Esa es la misión que nos enseña el Misterio de la Encarnación si lo acogemos en nuestro ser.
Acoger supone vivir abierto a la sorpresa, a las diferencias, amar sin prejuicio alguno, avanzarse en el servicio de la sonrisa porque ésta es la puerta abierta de nuestro corazón. Acoger es escuchar, someter nuestro criterio y voluntad, aprender y discernir, obedecer, aventurarse, olvidar en la cuneta nuestros miedos. En Nazaret se funden en abrazo de acogida la humanidad y la divinidad. Y todo cambia como nos cambia la acogida, en nuestra cultura, del emigrante, del exiliado, del forastero...como nos cambia acoger la enfermedad, el anciano, el niño recién nacido...
Vayamos a Nazaret y en la Sagrada Familia encontraremos lo que nuestro corazón desea (S. Josep Manyanet)
Jesús, José y María vivieron también la necesidad de ser acogidos: Dios necesitó una familia, María precisó de la acogida de José que la recibió en su casa y participó de lleno en el Misterio; José pidió hospedaje para la Madre encinta y no lo halló pero pastores y magos, el anciano Simeón y la profetisa Ana acogieron jubilosos al Niño. En Egipto, como emigrantes, vivieron la zozobra de necesitarlo todo.
De la Sagrada Familia aprendemos a vivir en una actitud de acogida, una actitud que no sólo da sino que sabe pedir con naturalidad. Con frecuencia, al hablar de acoger nos situamos en un plano de superioridad respecto al que necesita. La Sagrada Familia nunca vivió la virtud de la acogida con ese talante; porque la acogida auténtica comienza cuando nos acogemos a nosotros mismos como pobres del Señor, como niños a quien Dios sienta en su falda para dormir (Ps 131,2), como tierra sagrada en la que el Señor se manifiesta, como zarza que arde con su Presencia. Sólo si nos sabemos necesitados de todo y nos acogemos al manto de la Providencia Divina que cuida de los pájaros del cielo y de la hierba del campo (Mt 6,26.30) podemos ser acogedores.
El Hijo de Dios será acogido, años después, por sus amigos de Betania, por Zaqueo, por Pedro, por Simón el fariseo, por los caminantes de Emaús. Recibirá el agua de la Samaritana, la comida de los apóstoles y la ayuda inestimable de Simón de Cirene o el gesto entrañable de la Verónica. No tiene rebozo alguno en pedir hospedaje, en mostrarse débil y necesitado. Pero también Él acogerá a niños, mujeres públicas, enfermos, publicanos, centuriones romanos y ladrones arrepentidos. Más a fondo, Él acoge nuestros corazones cansados (Mt 11,28), nuestras negaciones (Mt 26,72), lava nuestros pies (Jn 13,5) y se adelanta a prepararnos una morada (Jn 14,2); las parábolas que más le gusta inventar giran en torno a la mesa que acoge invitados Mt 22,10), hijos que regresan (Lc 15, 11) e invitados que se humillan sentándose en los últimos puestos Lc 14,7).
No obstante, la queja de Jesús es amarga: “Vino a los suyos y no le recibieron” (Jn 1,10)
Nazaret es acogida. Y ante la acogida Jesús promete: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso” ( Lc 23,43) Porque queda claro que el estilo de Nazaret es dar un vaso de beber al sediento, visitar al enfermo, al que está en la cárcel, dar posada al peregrino... (Mt 25). Si lo hacemos recreamos el Paraíso que, para Jesús, no es otro que Nazaret. Estar con Él en el Paraíso es entrar en Nazaret, habitar en su casa, sentarse a la mesa con los Tres. Entre las últimas palabras de Jesús figura el mandato de acoger cuando desde la cruz le pide a Juan que reciba a María (Jn 19,27)
Nazaret vive en ti cada vez que oyes la súplica de Jesús porque “mira, estoy a la puerta y llamo; si alguien me escucha entraré y cenaré con él y él conmigo.” (Ap, 3,20). Acoge la Palabra, medítala; acoge al hermano porque quizá, sin saberlo, estés acogiendo un ángel (Hb 13,2). El Espíritu que habita en ti es Huésped Sagrado: no lo entristezcas (Ef 4,30). La acogida deja en Abraham una estela de fertilidad, de vida en la viuda de Sarepta, de gozo en Isabel al acoger a María y, siempre, de divinidad.
Ensanchemos la Tienda de nuestro corazón para que nunca respondamos al albadonazo de Jesús aquel “Mañana le abriremos, para lo mismo responder mañana” que tan trágica y bellamente describe Lope de Vega.
Pero lo cierto es que si la persona es capaz de acoger es porque antes Dios la ha acogido en sus entrañas hasta hacerla a su imagen y semejanza. La acogida de Dios es tan patente para el israelita que éste tiene la profunda convicción de que “aunque mi padre y mi madre me abandonaran Yhavé me recogería” (Ps 27,10). Israel se siente protegido por Dios, vive “bajo el amparo del Altísimo”(Ps 91,1 ). Yahvé es Aquel que acoge su grito, su lamento, sus cantos de júbilo. Todo su ser.
Y no se le ocurre pensar jamás que si él habita en la tienda del Señor, algún día Dios quiera ser acogido en la tienda de la humanidad.
En Nazaret el sentido de la acogida se dilata hasta límites insospechados. Dios pide ser acogido en el seno de María, que puede engendrarlo físicamente porque ya antes había abierto la tienda sagrada de su corazón y Dios había sido engendrado en su interior. Y pide también a José que acoja a María y el Misterio que en ella habita.
La fascinación que hoy ejerce Nazaret sobre tanta gente viene dada porque el Dios trascendente, sublime y distante del Antiguo Testamento se nos revela “normal”. Se convierte en el “Diosito” que con gracia invocan muchos pueblos latinos. Diosito es cercano, normal, uno de los nuestros; Diosito sufre y lucha como tanta gente, es buen vecino y necesita también de la vecindad; Diosito crece, aprende, espera. Pero Diosito nos desvela nuestra propia imagen, nos acerca a Dios y pone de relieve nuestra filiación y nuestra dignidad. Desde que Dios se hizo persona nada puede ser más grande que serlo nosotros también. Esa es la misión que nos enseña el Misterio de la Encarnación si lo acogemos en nuestro ser.
Acoger supone vivir abierto a la sorpresa, a las diferencias, amar sin prejuicio alguno, avanzarse en el servicio de la sonrisa porque ésta es la puerta abierta de nuestro corazón. Acoger es escuchar, someter nuestro criterio y voluntad, aprender y discernir, obedecer, aventurarse, olvidar en la cuneta nuestros miedos. En Nazaret se funden en abrazo de acogida la humanidad y la divinidad. Y todo cambia como nos cambia la acogida, en nuestra cultura, del emigrante, del exiliado, del forastero...como nos cambia acoger la enfermedad, el anciano, el niño recién nacido...
Vayamos a Nazaret y en la Sagrada Familia encontraremos lo que nuestro corazón desea (S. Josep Manyanet)
Jesús, José y María vivieron también la necesidad de ser acogidos: Dios necesitó una familia, María precisó de la acogida de José que la recibió en su casa y participó de lleno en el Misterio; José pidió hospedaje para la Madre encinta y no lo halló pero pastores y magos, el anciano Simeón y la profetisa Ana acogieron jubilosos al Niño. En Egipto, como emigrantes, vivieron la zozobra de necesitarlo todo.
De la Sagrada Familia aprendemos a vivir en una actitud de acogida, una actitud que no sólo da sino que sabe pedir con naturalidad. Con frecuencia, al hablar de acoger nos situamos en un plano de superioridad respecto al que necesita. La Sagrada Familia nunca vivió la virtud de la acogida con ese talante; porque la acogida auténtica comienza cuando nos acogemos a nosotros mismos como pobres del Señor, como niños a quien Dios sienta en su falda para dormir (Ps 131,2), como tierra sagrada en la que el Señor se manifiesta, como zarza que arde con su Presencia. Sólo si nos sabemos necesitados de todo y nos acogemos al manto de la Providencia Divina que cuida de los pájaros del cielo y de la hierba del campo (Mt 6,26.30) podemos ser acogedores.
El Hijo de Dios será acogido, años después, por sus amigos de Betania, por Zaqueo, por Pedro, por Simón el fariseo, por los caminantes de Emaús. Recibirá el agua de la Samaritana, la comida de los apóstoles y la ayuda inestimable de Simón de Cirene o el gesto entrañable de la Verónica. No tiene rebozo alguno en pedir hospedaje, en mostrarse débil y necesitado. Pero también Él acogerá a niños, mujeres públicas, enfermos, publicanos, centuriones romanos y ladrones arrepentidos. Más a fondo, Él acoge nuestros corazones cansados (Mt 11,28), nuestras negaciones (Mt 26,72), lava nuestros pies (Jn 13,5) y se adelanta a prepararnos una morada (Jn 14,2); las parábolas que más le gusta inventar giran en torno a la mesa que acoge invitados Mt 22,10), hijos que regresan (Lc 15, 11) e invitados que se humillan sentándose en los últimos puestos Lc 14,7).
No obstante, la queja de Jesús es amarga: “Vino a los suyos y no le recibieron” (Jn 1,10)
Nazaret es acogida. Y ante la acogida Jesús promete: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso” ( Lc 23,43) Porque queda claro que el estilo de Nazaret es dar un vaso de beber al sediento, visitar al enfermo, al que está en la cárcel, dar posada al peregrino... (Mt 25). Si lo hacemos recreamos el Paraíso que, para Jesús, no es otro que Nazaret. Estar con Él en el Paraíso es entrar en Nazaret, habitar en su casa, sentarse a la mesa con los Tres. Entre las últimas palabras de Jesús figura el mandato de acoger cuando desde la cruz le pide a Juan que reciba a María (Jn 19,27)
Nazaret vive en ti cada vez que oyes la súplica de Jesús porque “mira, estoy a la puerta y llamo; si alguien me escucha entraré y cenaré con él y él conmigo.” (Ap, 3,20). Acoge la Palabra, medítala; acoge al hermano porque quizá, sin saberlo, estés acogiendo un ángel (Hb 13,2). El Espíritu que habita en ti es Huésped Sagrado: no lo entristezcas (Ef 4,30). La acogida deja en Abraham una estela de fertilidad, de vida en la viuda de Sarepta, de gozo en Isabel al acoger a María y, siempre, de divinidad.
Ensanchemos la Tienda de nuestro corazón para que nunca respondamos al albadonazo de Jesús aquel “Mañana le abriremos, para lo mismo responder mañana” que tan trágica y bellamente describe Lope de Vega.
sábado, 30 de enero de 2010

BIENAVENTURANZAS DE NAZARET
Enhorabuena a los pobres y pequeños, porque su irrelevancia la ha convertido el Verbo de Dios en “la tienda del encuentro”.
Enhorabuena a todos aquellos que han hecho de la irrelevancia, insignificancia y pequeñez, estilo de vida, porque han elegido como forma de vida la del Verbo de Dios en Nazaret.
Enhorabuena al empobrecido, al pobre, al indigente e infortunado, porque el Verbo Encarnado les da la posibilidad de reconocerse en su dignidad de personas y de hijos de Dios.
Enhorabuena a los que han optado por compartir con los pobres y empobrecidos, vivienda, barrio, trabajo, lucha y hasta aspiraciones profundas, porque esa presencia, hecha con amor, produce el milagro de que los pobres se reconozcan en su dignidad de personas e hijos de Dios.
Enhorabuena a los que hacen de la presencia, encuentro, porque ahí se encontrarán con el Hijo de Dios.
Enhorabuena los que hacen del encuentro, diálogo, porque el Señor les ha prometido ser su amigo.
Enhorabuena a los que hacen del diálogo, intercambio de vida, porque se encontrarán con el cariño misericordioso de Dios.
Enhorabuena a los que hacen de la vida, vecindad, porque el Verbo de Dios pone su tienda entre ellos.
Enhorabuena a los que hacen de la vecindad, conciencia de pueblo, porque ellos pertenecen a la familia de los hijos de Dios.
Enhorabuena a los que hacen de la conciencia de pueblo, historia solidaria, porque ellos se podrán reconocer como verdaderos colaboradores de un mundo nuevo.
Enhorabuena a los que optan por la calidad de la presencia entre los insignificantes de este mundo, porque su manera de estar en el mundo ha sido convertida en espacio de dignificación para los pobres.
Enhorabuena a los que apuestan por estar, vivir y ser con los que no son nada a los ojos del mundo, por amor, porque al tomar esta opción están siendo dignificados por los predilectos de Dios.
Enhorabuena a todos los sencillos y pobres trabajadores porque Jesús de Nazaret los ha hecho signo y sacramento de su presencia salvadora en medio de la humanidad.
Enhorabuena a todos los que optan por los empobrecidos y su liberación, porque el Obrero de Nazaret les da la posibilidad de encontrar en Él el sentido profundo y pleno de sus luchas y desvelos.
Enhorabuena a todos los que colocan sus vidas en las manos de Jesús de Nazaret y Señor de la historia, porque se sentirán seguros como la vasija en manos del Alfarero.
Enhorabuena a los que saben gestar la palabra en el silencio, porque su aportación nunca será ineficaz.
Enhorabuena a los que saben traducir en el silencio de su corazón la Palabra de Dios a palabra de hombre, porque su palabra sabrá y sonará siempre a palabra de Dios.
Enhorabuena a los que se arriesgan a hacer de su vida un auténtico éxodo: ellos descubrirán como Promesa cumplida las maravillas de Dios en el corazón de los pobres.
Manolo Barco
viernes, 29 de enero de 2010
CINE DE CALIDAD
Las diez mejores películas del cine espiritual del 2009
Nos parece hoy imprescindible elegir bien lo que vemos para ser mejores personas. Y creemos que este tipo de cine invita a profundizar en los grandes interrogantes, propone una mirada abierta al misterio de Dios y provoca a ser buena gente.
LAS DIEZ MEJORES
El año señala la fecha del estreno original aunque todas fueron estrenadas en el 2009 en España.
1. Gran Torino (2008) Clint EastwoodClint Eastwood es uno de los grandes maestros que en los últimos años hemos señalado, y probablemente señalaremos, como una de las filmografías de más interés espiritual. En Gran Torino ha sabido contar una historia sencilla como una enorme fuerza dramática planteando temas espirituales de calado como el sentido del perdón, la redención como sacrificio o el camino de conversión. La experiencia con el público nos permite afirmar que es una película que llega profundamente a los jóvenes y a los adultos. Y desde el punto de vista cristiano no solamente presenta una imagen positiva de la Iglesia representada en el padre Janovich sino que también ofrece una poderosa imagen crística en las decisiones finales del protagonista.
2. Amazing Grace (2006) Michael AptedA pesar de un estreno lamentable (por el escaso número de copias, la rapidez de su paso por cartelera y la oferta únicamente en versión original subtitulada), nos encontramos con una de las películas más importantes desde el punto de vista espiritual de este año. Este homenaje homenaje a William Wiberforce -un parlamentario de la Cámara de los Comunes, que dedicó, desde su juventud, su actividad política a la lucha contra la esclavitud y las injusticias sociales- se nos presenta con una magnífica puesta en escena y una serie de actuaciones excepcionales en la tradición del mejor cine británico. Marcada profundamente por la perspectiva social cristiana es una película imprescindible para conocer la fuerza ética del Evangelio y su herencia en nuestra cultura.
3. Katyn (2007) Andrzej WajdaSobrecogedora película del maestro polaco Andrezej Wajda con la que ha querido sellar su amplia y significativa filmografía. Este testamento fílmico trata del genocidio de Katyn perpetrado por el comunismo soviético en 1940 y que afectó personalmente al director ya que su padre era uno de los 20.000 oficiales y ciudadanos polacos asesinados. Narrada desde la perspectiva de los supervivientes, especialmente mujeres, es un himno a la reconciliación desde la memoria que busca la verdad. La fe católica se muestra con intensidad en distintos momentos pero de forma más contundente en los últimos minutos. Así el último plano es un icono que no conviene olvidar y menos enterrar. Lástima que, también en este caso, el público se mueva más por la publicidad manipuladora que por la elección del buen cine.
4. Slumdog Millionaire (2008) Danny BoyleEsta si que ha sido una película de éxito entre el gran público, a lo que sin duda ha contribuido que arrasara en los Oscar, llevándose ocho estatuillas. El director Danny Boyle, de formación y convicciones cristianas, ha sabido contar una dura historia sobre la superación desde la miseria hasta la victoria. Narrada como un cuento de hadas, sigue la historia de tres muchachos que nacen en las barracas de Calcuta, y como desde el protagonista de Jamal verán como triunfa la bondad y el amor más allá de la injusticia y la violencia. Con un formato innovador, un ritmo trepidante y el cruce de tres tiempos de la historia nos presenta una intriga que mueve al espectador a la esperanza y que invita a reconocer la presencia de la Providencia que acompaña los acontecimientos respetando la libertad pero alentando la bondad.
5. The Visitor (2007) Thomas McCarthyEs la historia de una visita de gracia en la que se ve envuelto un oscuro profesor universitario, genialmente interpretado por Richard Jenkins, que tras quedar viudo vive en el sinsentido y al que le cambiará la vida su encuentro con Tarek. Este sirio que lleva la percusión en su corazón representa la alegría y las ganas de vivir que faltan al protagonista. En este itinerario de transformación veremos como crece en él la sensibilidad y el compromiso, la capacidad de amar y el ejercicio responsable de la libertad. Una película que además es un grito contra la injusticia de las leyes de inmigración y que plantea como a veces la sorpresa de la bondad nos puede venir de los otros más lejanos, de los que no son de nuestra misma cultura. Una película imprescindible de buen cine, contado con precisión y hondura antropológica.
6. La caja de Pandora (2008) Yesim Ustaoglu.La enfermedad de Alzheimer de la abuela abrirá la caja de Pandora de una familia que vive en la orilla de la infelicidad. Como si una maldición cayera sobre ellos, cuando la anciana, genial una Tsilla Chelton de 89 años, desaparece de casa. Con esta fuga comienza un periplo hacia la verdad que les implicará a todos ellos, cuando han de acudir a una aldea de montaña en la costa del Mar Negro. La lucidez de la demencia, la verdad de los locos, no logrará doblegar el desvarío de los que están instalados en la comodidad o en el fracaso; pero sí logrará mover a los que sienten que la es vida va mucho más allá y que siempre están dispuestos a subir a una montaña, aunque ya la fuerzas sean escasas. Una alianza donde los más viejos transmiten la esperanza a los más jóvenes.
7. Despedidas (2008) Yojiro TakitaDaigo, un violonchelista en paro, descubre su vocación cuando abandona Tokio con Mika, su mujer, y acude a la ciudad y casa donde vivió su infancia. Un proceso lento y sorprendente le convertirá en un especialista en el nôkan, ritual mortuorio japonés que supone una rememoración del difunto desde el acto de embalsamamiento. En su aprendizaje se irán cruzando una serie de historias de reconciliación de los vivos con los muertos e irá, poco a poco, abriendo su propia historia a un camino de pacificación. La película nos llegará a emocionar y nos permite contemplar la muerte con una perspectiva distinta que supone una autentificación de la vida y una llamada a asumirla aceptando su dramatismo pero desde una confianza dispuesta a reconocer que estamos en buenas manos.
8. El curioso caso de Benjamin Burtton (2008) de David FincherBasada en una novela de F. Scott Fitzgerald trata de la vida singular de Benjamín: un extraño bebé que nace siendo anciano y que con el paso del tiempo terminará convirtiéndose en un bebé. Está construida como la confesión de una madre a su hija sobre su verdadero padre, cuando se acerca el huracán Katrina y la muerte de la anciana. Este extraño personaje que tendrá un cuerpo que crece a la inversa que su espíritu nos ofrecerá a un personaje que madura de una forma distinta y que también tendrá que amar a Daisy -su fiel y verdadero único amor-, de una forma distinta aunque no por ello imposible. La película puede ser un comentario al Eclesiastés donde desde la perspectiva del final se descubre una mejor orientación del recorrido. Cuando ya se ha experimentado la decrepitud del final se valora aquella fe que reconociendo que “todo es vanidad”, sabe que la vejez no es para débiles.
9. El erizo (2009) Mona AchacheAdaptación del famoso libro de Muriel Barbery La elegancia del erizo y que supone el primer largometraje de la directora francesa Mona Achache. Basada en el contraste de dos personajes: por una parte, una niña con un rico e inteligente mundo interior; por otra parte, la portera del número 7 de la calle Grenelle, una mujer descuidada y un tanto huraña. Pero ambas tendrán un secreto que saldrá a la luz con la llegada de Kakuro Ozu, un elegante viudo japonés. Esta revelación nos servirá de disculpa para comprender el secreto profundo de las personas y como a veces lo esencial no está en las apariencias. Marcada por referencias culturales y filosóficas la película es una invitación a vivir amando para superar el tedio del vacío ambiental. No perder de vista la actuación sobresaliente de Josiane Balasko y la banda sonora de Gabriel Yared.
10. Frozen River (2008) de Courtney HuntHistoria sobre la resistencia y la amistad de dos mujeres que comienzan enfrentadas pero que tramarán un profundo lazo de solidaridad que tiene como origen común una maternidad trascendida y el deseo de amar incluso por encima de sus fuerzas.Dirigida por Courtney Hunt, a pesar de lo inhóspito de la naturaleza –representada en el río helado que da título a la película- nos presenta a los personajes con gran veracidad con una destacada actuación de Melissa Leo y una perfecta réplica de la desconocida Misty Upham. La dureza y la desolación a la que nos enfrentan las imágenes nos permitirá encontrar en el alma de las protagonistas una generosidad desmedida que devuelve la confianza en el ser humano incluso en las situaciones de soledad y límite a las que se enfrentan.
PEIO SÁNCHEZ
Nos parece hoy imprescindible elegir bien lo que vemos para ser mejores personas. Y creemos que este tipo de cine invita a profundizar en los grandes interrogantes, propone una mirada abierta al misterio de Dios y provoca a ser buena gente.
LAS DIEZ MEJORES
El año señala la fecha del estreno original aunque todas fueron estrenadas en el 2009 en España.
1. Gran Torino (2008) Clint EastwoodClint Eastwood es uno de los grandes maestros que en los últimos años hemos señalado, y probablemente señalaremos, como una de las filmografías de más interés espiritual. En Gran Torino ha sabido contar una historia sencilla como una enorme fuerza dramática planteando temas espirituales de calado como el sentido del perdón, la redención como sacrificio o el camino de conversión. La experiencia con el público nos permite afirmar que es una película que llega profundamente a los jóvenes y a los adultos. Y desde el punto de vista cristiano no solamente presenta una imagen positiva de la Iglesia representada en el padre Janovich sino que también ofrece una poderosa imagen crística en las decisiones finales del protagonista.
2. Amazing Grace (2006) Michael AptedA pesar de un estreno lamentable (por el escaso número de copias, la rapidez de su paso por cartelera y la oferta únicamente en versión original subtitulada), nos encontramos con una de las películas más importantes desde el punto de vista espiritual de este año. Este homenaje homenaje a William Wiberforce -un parlamentario de la Cámara de los Comunes, que dedicó, desde su juventud, su actividad política a la lucha contra la esclavitud y las injusticias sociales- se nos presenta con una magnífica puesta en escena y una serie de actuaciones excepcionales en la tradición del mejor cine británico. Marcada profundamente por la perspectiva social cristiana es una película imprescindible para conocer la fuerza ética del Evangelio y su herencia en nuestra cultura.
3. Katyn (2007) Andrzej WajdaSobrecogedora película del maestro polaco Andrezej Wajda con la que ha querido sellar su amplia y significativa filmografía. Este testamento fílmico trata del genocidio de Katyn perpetrado por el comunismo soviético en 1940 y que afectó personalmente al director ya que su padre era uno de los 20.000 oficiales y ciudadanos polacos asesinados. Narrada desde la perspectiva de los supervivientes, especialmente mujeres, es un himno a la reconciliación desde la memoria que busca la verdad. La fe católica se muestra con intensidad en distintos momentos pero de forma más contundente en los últimos minutos. Así el último plano es un icono que no conviene olvidar y menos enterrar. Lástima que, también en este caso, el público se mueva más por la publicidad manipuladora que por la elección del buen cine.
4. Slumdog Millionaire (2008) Danny BoyleEsta si que ha sido una película de éxito entre el gran público, a lo que sin duda ha contribuido que arrasara en los Oscar, llevándose ocho estatuillas. El director Danny Boyle, de formación y convicciones cristianas, ha sabido contar una dura historia sobre la superación desde la miseria hasta la victoria. Narrada como un cuento de hadas, sigue la historia de tres muchachos que nacen en las barracas de Calcuta, y como desde el protagonista de Jamal verán como triunfa la bondad y el amor más allá de la injusticia y la violencia. Con un formato innovador, un ritmo trepidante y el cruce de tres tiempos de la historia nos presenta una intriga que mueve al espectador a la esperanza y que invita a reconocer la presencia de la Providencia que acompaña los acontecimientos respetando la libertad pero alentando la bondad.
5. The Visitor (2007) Thomas McCarthyEs la historia de una visita de gracia en la que se ve envuelto un oscuro profesor universitario, genialmente interpretado por Richard Jenkins, que tras quedar viudo vive en el sinsentido y al que le cambiará la vida su encuentro con Tarek. Este sirio que lleva la percusión en su corazón representa la alegría y las ganas de vivir que faltan al protagonista. En este itinerario de transformación veremos como crece en él la sensibilidad y el compromiso, la capacidad de amar y el ejercicio responsable de la libertad. Una película que además es un grito contra la injusticia de las leyes de inmigración y que plantea como a veces la sorpresa de la bondad nos puede venir de los otros más lejanos, de los que no son de nuestra misma cultura. Una película imprescindible de buen cine, contado con precisión y hondura antropológica.
6. La caja de Pandora (2008) Yesim Ustaoglu.La enfermedad de Alzheimer de la abuela abrirá la caja de Pandora de una familia que vive en la orilla de la infelicidad. Como si una maldición cayera sobre ellos, cuando la anciana, genial una Tsilla Chelton de 89 años, desaparece de casa. Con esta fuga comienza un periplo hacia la verdad que les implicará a todos ellos, cuando han de acudir a una aldea de montaña en la costa del Mar Negro. La lucidez de la demencia, la verdad de los locos, no logrará doblegar el desvarío de los que están instalados en la comodidad o en el fracaso; pero sí logrará mover a los que sienten que la es vida va mucho más allá y que siempre están dispuestos a subir a una montaña, aunque ya la fuerzas sean escasas. Una alianza donde los más viejos transmiten la esperanza a los más jóvenes.
7. Despedidas (2008) Yojiro TakitaDaigo, un violonchelista en paro, descubre su vocación cuando abandona Tokio con Mika, su mujer, y acude a la ciudad y casa donde vivió su infancia. Un proceso lento y sorprendente le convertirá en un especialista en el nôkan, ritual mortuorio japonés que supone una rememoración del difunto desde el acto de embalsamamiento. En su aprendizaje se irán cruzando una serie de historias de reconciliación de los vivos con los muertos e irá, poco a poco, abriendo su propia historia a un camino de pacificación. La película nos llegará a emocionar y nos permite contemplar la muerte con una perspectiva distinta que supone una autentificación de la vida y una llamada a asumirla aceptando su dramatismo pero desde una confianza dispuesta a reconocer que estamos en buenas manos.
8. El curioso caso de Benjamin Burtton (2008) de David FincherBasada en una novela de F. Scott Fitzgerald trata de la vida singular de Benjamín: un extraño bebé que nace siendo anciano y que con el paso del tiempo terminará convirtiéndose en un bebé. Está construida como la confesión de una madre a su hija sobre su verdadero padre, cuando se acerca el huracán Katrina y la muerte de la anciana. Este extraño personaje que tendrá un cuerpo que crece a la inversa que su espíritu nos ofrecerá a un personaje que madura de una forma distinta y que también tendrá que amar a Daisy -su fiel y verdadero único amor-, de una forma distinta aunque no por ello imposible. La película puede ser un comentario al Eclesiastés donde desde la perspectiva del final se descubre una mejor orientación del recorrido. Cuando ya se ha experimentado la decrepitud del final se valora aquella fe que reconociendo que “todo es vanidad”, sabe que la vejez no es para débiles.
9. El erizo (2009) Mona AchacheAdaptación del famoso libro de Muriel Barbery La elegancia del erizo y que supone el primer largometraje de la directora francesa Mona Achache. Basada en el contraste de dos personajes: por una parte, una niña con un rico e inteligente mundo interior; por otra parte, la portera del número 7 de la calle Grenelle, una mujer descuidada y un tanto huraña. Pero ambas tendrán un secreto que saldrá a la luz con la llegada de Kakuro Ozu, un elegante viudo japonés. Esta revelación nos servirá de disculpa para comprender el secreto profundo de las personas y como a veces lo esencial no está en las apariencias. Marcada por referencias culturales y filosóficas la película es una invitación a vivir amando para superar el tedio del vacío ambiental. No perder de vista la actuación sobresaliente de Josiane Balasko y la banda sonora de Gabriel Yared.
10. Frozen River (2008) de Courtney HuntHistoria sobre la resistencia y la amistad de dos mujeres que comienzan enfrentadas pero que tramarán un profundo lazo de solidaridad que tiene como origen común una maternidad trascendida y el deseo de amar incluso por encima de sus fuerzas.Dirigida por Courtney Hunt, a pesar de lo inhóspito de la naturaleza –representada en el río helado que da título a la película- nos presenta a los personajes con gran veracidad con una destacada actuación de Melissa Leo y una perfecta réplica de la desconocida Misty Upham. La dureza y la desolación a la que nos enfrentan las imágenes nos permitirá encontrar en el alma de las protagonistas una generosidad desmedida que devuelve la confianza en el ser humano incluso en las situaciones de soledad y límite a las que se enfrentan.
PEIO SÁNCHEZ
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