lunes, 22 de junio de 2009

ACTITUDES DE NAZARET (V)
Quinta actitud: la lectura entre líneas.

Dios habla y María, sin entender, reflexiona. El evangelista insiste: guardaba todo en su corazón. Y es que el corazón es la primera escuela en la que Dios nos enseña su alfabeto. Hay que ir a la escuela, hay que recorrer los caminos que llevan al corazón. Sólo él nos hace la traducción simultánea de lo que Dios dice en el día a día a través de sucesos, hechos importantes o triviales, sentimientos de gozo o dolor. José y María no reflexionaron sólo en el momento de la gran decisión. Entre líneas, veían la bondad de Dios en la lluvia, en el trabajo que le llegaba a José, en las amistades, en el peregrinaje a Jerusalén. Más difícil resultó leer a Dios en la muerte de José. Y mucho más, leer su voluntad en el Calvario. Pero todo iba al corazón, al traductor simultáneo. Al final, ya se entiende a Dios antes de que Él hable. Esa es la santidad. Hablar el mismo idioma que Dios.

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