martes, 11 de mayo de 2010

Marcha Radetzky - Concierto Año Nuevo 2010 - Georges Pétre

EJEMPLO DE LIDERAZGO

Todos nosotros de alguna manera, estamos llamados a ser líderes. Los padres y madres de familia, que deben sacar de sus hijos lo mejor, los que tienen alguna responsabilidad en el trabajo y han de potenciar los talentos de quienes están bajo sus órdenes, los directores de un centro educativo, los párrocos, los superiores de una comunidad religiosa, el maestro en su aula...

Recientemente he conocido un líder excepcioal. Se llama Georges Pretre, tiene 85 años y ha dirigido, en 2010, el tradicional Concierto de Año Nuevo, de Viena, que siguen millones de personas. Él mismo ha batido su propio record, pues cuando lo dirigió con 83 años ya era el director más anciano en tener tal honor.

Vale la pena analizar qué hace un buen líder: fíjense cómo disfruta él con la música, cómo la tiene interiorizada y oye su sonido antes de que se produzca. Él es, sin embargo, el que no hace ruido porque da paso a instrumentos de todo tipo. Instrumentos de lujo - trombón, violines...- y pobres - las palmas de mano de un público entusiasmado-. No es el más joven de la sala, ni el más guapo. Quizá sea nulo pintando u orientándose espacialmente en una ciudad. Pero tiene una enorme complicidad con"su" orquesta y "su" público y manda sin mandar, de forma natural y hasta divertida, como jugando. A veces da una orden enérgica y otras sólo insinúa, pero cuenta con que todos le responderán, conecta con todos...y parece agradecer la respuesta que recibe con su alma e incluso con su cuerpo.

En una de las pocas entrevistas que concede manifestó:

"(dirigir) es muy dificil ¿sabe?. Los intérpretes tenemos que comprender a través y por debajo de las notas para descubir los contrastes y darles relieve. Suele ocurrir que en momentos de profunda tristeza el compositor se esfuerza por crear una pieza alegre. Para desvelar los misterios que encierran las partituras no sólo hay que conocer muy bien la atmósfera de una época, sino también la vida privada del compositor" En cambio, dice, la vida privada del intérprete no cuenta. "Yo no interpreto Mahler "a lo George Pretre". Eso significaría servirse de la obra, soy yo quien tengo que ponerme a su servicio. Es dificil porque hay que ser muy humilde. Quizá la humildad sea un don que unos tienen y otros no. Sea como sea, hay que cultivarla. La vida, la madurez, enseña a ser humilde."

Ojalá aprendamos la lección de Pretre. Y ahora disfruten...

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