D de Dolor
Cuando Manyanet tiene diecisiete años Mn. Valentí Lledós escribe
de él: “sabe qué es comer el pan del dolor” (carta a Ignacio Sullà, 30-9-1850).
Decía Pablo VI, hablando de la cruz, que la
única prueba creíble del amor es el sufrimiento. Para los santos el dolor,
intrínseco a la condición humana, ha sido siempre una oportunidad alegre de
asemejarse a Cristo. El dolor apareció muy pronto en la vida de Manyanet.
Señalemos algunas cruces:
. La muerte de su padre cuando cuenta veinte meses
. Las dificultades económicas que subsiguen a esta situación y la
necesidad de trabajar para poder cursar estudios desde muy joven.
. La enfermedad que en 1885
lo postra en cama y que le lleva a tres operaciones de las que le quedarán
heridas y dolores permanentes. Él se referirá siempre a las heridas abiertas
como “las misericordias del Señor”. Durante más de dieciocho años nadie supo de
su mal. Se añade a esto un reumatismo crónico y grave que lo “roye de
dolor”
Pero el sufrimiento mayor
fue, sin duda alguna, el moral:
. El abandono de los primeros compañeros.
. Las maquinaciones que contra él hace un miembro de su Instituto,
Juan Barber, y la difícil decisión de expulsarlo.
. La opinión de Caixal: Manyanet ha perdido la brújula…
. La difamación sistemática:
“se me acusó de turbulento, de falto de
administración, de terquedad en mis cosas y empresas; otros me tachaban de
bonachón y falto de previsión, de imprudente…una lucha de este género no podía
menos de atraerme las censuras , el
desprecio y aversión de muchos”
. Su destitución como Superior General de las Hijas de la Sagrada
Familia.
. La orden de alejamiento de todas las religiosas.
. La desconfianza de su honradez en lo que a gestión económica se
refiere.
. La quema pública de sus Constituciones.
. Las deudas que quisieron cargarle a él.
. El silencio de varios obispos ante sus peticiones…
Porque su amor era creíble Manyanet reaccionó siempre con serenidad y paciencia;
pero no sólo eso: con un corazón totalmente entregado el “Fiat voluntas tuas”
que rezó un 18 de diciembre de 1879, se convirtió en un alegre Nunc dimittis.
Porque en la escuela de Nazaret aprendió también la ciencia de la Cruz.
D de Director espiritual
Durante toda su vida Manyanet no tuvo
otro interés que colaborar en esa expansión del reino que comienza por crecer en
el corazón humano. Su ministerio sacerdotal le permitió acompañar a muchas
personas en la búsqueda de Dios y fue un eficaz director espiritual,
especialmente de religiosas, como reconocería el obispo Caixal.
Por supuesto nada sabemos de lo que
sucedía en lo más profundo de los corazones por el guiados pero guardamos
muchas cartas en las que vemos cómo anima, exhorta, reprende, guía, señala
peligros y consecuencias, indica qué medios utilizar y, en definitiva, se nos
revela como un excelente guía de camino.
El deseo de acompañar a las que
inician la vida religiosa le hace trasladar el noviciado de Talarn a Barcelona.
Más adelante cuando ya nuestro noviciado esté en Aiguafreda hará innumerables
viajes en tren para pasar casi cada
domingo con las religiosas y hablar con ellas. M. Colomina tuvo el acierto de
recoger en un pequeño opúsculo los consejos de Manyanet en estas visitas.
También sus libros responden al deseo
de guiar a religiosos, laicos y familias por el sendero espiritual.
Porque Manyanet había descubierto en
Nazaret su tesoro y, conocedor del camino, ardía en deseos de llevar al mundo a
postrarse ante la Trinidad de la tierra…
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