lunes, 4 de noviembre de 2013

LA ARRUGA ES BELLA


En los años 80 el slogan de Adolfo Domínguez causó furor y ha pasado a la historia de la publicidad. Eran los tiempos en que ir planchadito era algo obligado y si alguien iba arrugado se consideraba que no iba presentable. En mi familia fue proverbial el enfado de mi madre cuando, siendo yo muy pequeña, decidieron, por primera vez, hacerme una fotografía de estudio. Me planchó y hasta almidonó el vestidito que luciría y, por lo visto, yo respeté su esfuerzo…hasta que me colocaron delante de la cámara. En ese momento me agarré al vestido y lo arrugué con todas mis fuerzas…algo que a mi madre, tan pulcra ella, le fastidió enormemente y nunca olvidó.
Pero que la vida no sale muchas veces de la plancha y que a veces nos arrugamos, tenía que reconocerlo alguien de suprema autoridad en la moda: Adolfo Domínguez. Y aunque hoy nadie se preocupa mucho por ir planchado, lo cierto es que nos gustaría una vida “sin arrugas”. Una vida sin contratiempos, sin dolor, sin enfermedad ni muerte; una vida sin decepciones, sin desánimos ni desconciertos.

Es quizá en esos momentos cuando nos haría falta la mirada de artista para decir: esta arruga, tiene su belleza. No es nada fácil, es preciso tener mirada de niño, del niño que ve en un papel de periódico un barquito de papel y en un charco... un mar para cruzar. Lo cierto es que todas las noches esconden bellísimos amaneceres y quizá hace falta saber esperar (a veces) y otras, como dice la canción, “empujar para que llegue a ser”.

Creo que nunca he tenido nada de Adolfo Domínguez. Pero sigo encontrando genial su slogan y. muchas veces, viste mis noches. Porque sé que sí, que la arruga es bella y que hubo pintores que sólo pintaban princesitas lindas pero otros escogieron para sus lienzos mendigos, enanos, alcohólicos, prostitutas…Supieron, sin saber, vivir al estilo de Jesús, que supo mirar al leproso y ver a la persona, que habló con la mujer de vida disoluta y le regaló y nos regaló la más bella teología…
Vivimos tiempos difíciles también en lo social. Los santos son aquellos que miraron las arrugas de su tiempo (paro, maltrato, analfabetismo…) y las convirtieron en palanca de belleza…

Si, la arruga es bella.  

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