En los años 80 el slogan de
Adolfo Domínguez causó furor y ha pasado a la historia de la publicidad. Eran
los tiempos en que ir planchadito era algo obligado y si alguien iba arrugado
se consideraba que no iba presentable. En mi familia fue proverbial el enfado
de mi madre cuando, siendo yo muy pequeña, decidieron, por primera vez, hacerme
una fotografía de estudio. Me planchó y hasta almidonó el vestidito que luciría
y, por lo visto, yo respeté su esfuerzo…hasta que me colocaron delante de la
cámara. En ese momento me agarré al vestido y lo arrugué con todas mis
fuerzas…algo que a mi madre, tan pulcra ella, le fastidió enormemente y nunca
olvidó.
Pero que la vida no sale muchas
veces de la plancha y que a veces nos arrugamos, tenía que reconocerlo alguien de
suprema autoridad en la moda: Adolfo Domínguez. Y aunque hoy nadie se preocupa
mucho por ir planchado, lo cierto es que nos gustaría una vida “sin arrugas”.
Una vida sin contratiempos, sin dolor, sin enfermedad ni muerte; una vida sin
decepciones, sin desánimos ni desconciertos.
Es quizá en esos momentos cuando
nos haría falta la mirada de artista para decir: esta arruga, tiene su belleza.
No es nada fácil, es preciso tener mirada de niño, del niño que ve en un papel de periódico un barquito de papel y en un charco... un mar para cruzar. Lo cierto es
que todas las noches esconden bellísimos amaneceres y quizá hace falta saber
esperar (a veces) y otras, como dice la canción, “empujar para que llegue a
ser”.
Creo que nunca he tenido nada de
Adolfo Domínguez. Pero sigo encontrando genial su slogan y. muchas veces, viste
mis noches. Porque sé que sí, que la arruga es bella y que hubo pintores que
sólo pintaban princesitas lindas pero otros escogieron para sus lienzos
mendigos, enanos, alcohólicos, prostitutas…Supieron, sin saber, vivir al estilo
de Jesús, que supo mirar al leproso y ver a la persona, que habló con la mujer
de vida disoluta y le regaló y nos regaló la más bella teología…
Vivimos tiempos difíciles también
en lo social. Los santos son aquellos que miraron las arrugas de su tiempo
(paro, maltrato, analfabetismo…) y las convirtieron en palanca de belleza…
Si, la arruga es bella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario