SAN
JOSÉ EN SAN JOSÉ MANYANET
Ha comenzado el mes de San José. Junto con la Cuaresma, cierto, pero para
el Movimiento de Laicos Nazaret este es un mes con sabor a hogar, un mes
entrañable y un mes de exigencia pues no podemos ser de Nazaret y tener una
visión opaca, nula o distorsionada de la figura de San José. Aquellos que somos
educadores sabemos bien cuántas veces al recibir a un padre hemos pensado
interiormente: “ahora entiendo al hijo”. Si esto, que pertenece a la naturaleza
humana, pasa cada día…¿cómo pensar en “entender” mínimamente a Jesús sin
acercarme a su padre?
San José Manyanet tuvo una especial devoción a San José.
Por llevar su
nombre en primer lugar; por asimilar la gran devoción que en el s. XIX se
propagó por toda Catalunya; estudiando en Barbastro rezaba, fruto de esta
devoción, los siete padrenuestros a San José; por ser y sentirse hijo de la
Sagrada Familia y mirar, de forma inédita hasta el momento, a Jesús en su
contexto familiar.
Los dos primeros colegios que fundó en cada Instituto – en Tremp el de los
Hijos de la Sagrada Familia, en Barcelona el de las Misioneras Hijas de la
Sagrada Familia de Nazaret- fueron puestos bajo la advocación de San José.
Muchas religiosas de los primeros años – en aquella época en que cambiaban el
nombre al profesar- recibieron el nombre de Patrocinio (de San José).También escogió
esta fiesta para la entrada de alguna postulante. Fundó en Tremp “La Corte de
San José” y escribió un Triduo al Santo así como un librito titulado “Visitas a
San José”, con una visita espiritual para cada día del mes. En las casas no
faltó nunca la imagen de San José y su fiesta se celebró siempre con gran
solemnidad. Los Hijos de la Sagrada Familia fueron tan conocidos como
propagadores de la devoción a San José que en Barcelona fueron conocidos como Josepets, nombre que venía aplicándose
desde siglos sólo a los carmelitas
Desde el momento en que toma bajo su dirección espiritual a M. Encarnación
Colomina, nuestra Cofundadora, le invita a vestir el hábito de San José y
a acudir a Él para sanar. A ella le
escribe: “pon todas tus cosas en las
manos de San José nuestro Padre y Patrón”. Cuando quería animar vocacionalmente a una
joven decía que “San José quiere que
entres” y si no podía devolver un favor aseguraba que “San José paga con creces”
En sus cartas hay muchísimas referencias a San José y se nos invita a “tirarle del manto” para pedirle cosas
con urgencia. Según él, las casas de la Sagrera, que costaron mucho tiempo
adquirir, las reservó San José para nosotras.
“Pidan a San José que salga fiador y
pagador, seguras de que si lo hacen bien y cariñosamente, no las dejará
desairadas, a manera de bondadoso y rico padre”.
Y no hay que olvidar la imagen que Manyanet traza de San José en “La
Escuela de Nazaret”…
De momento, tengamos presente a San José (y a ver si los curas recuerdan
que ya es obligatorio citarlo en el canon de la misa) y, en toda ocasión, VAYAMOS A JOSÉ.
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