Mañana comienza el tiempo de Cuaresma. Tiempo de cambiar. Pero ¿qué
significa cambiar? Más que nunca me viene a la memoria la sentencia del
Cardenal Newman que afirma que “convertirse es llegar a ser lo que somos”. No
es ser alguien distinto a quien soy ahora. Es dejar emerger el bien que hay en
mí, la ternura, la bondad…es dejar que la imagen de Dios, tantas veces oculta,
brille.
Me lo trajo a la memoria este video de un huevo que siente estallar en sí
la vida que lleva dentro. Para que nazca el pollito es preciso que se rompa la
cáscara…pero el miedo nos atenaza y nos resistimos a averiguar qué gran persona
podríamos llegar a ser si no peleáramos con Dios para que no nos cambiara. Y
Dios es respetuoso…
En esta Cuaresma sólo se me pide que no ponga resistencias a Dios. Que me
abandone. Que lo deje “nacer en mí”, romperme por dentro.
Tengo la opción de protegerme. No vale una sola tirita para la fuerza de
Dios. Pero si busco nuevas protecciones…llego a encerrarme en mí mismo. Como
ese huevo…
Cuaresma: tiempo de no-resistencia, tiempo de abandono.
Tiempo para que Dios nazca en mí.
Gracias, me gustó.Dejemos que Dios obre en nosotros sin poner resistencia.
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