Hay alguien que, en Tenerife,
siembra el bien. Con una frase. Pero una frase que, de noche, planta en su
terreno para que al día siguiente centenares de automovilistas sonrían al
leerla y vayan de mejor ánimo a su trabajo a pesar de soportar las largas colas
de la carretera de la Orotava.
En el km 32 Anoniman deja sus
mensajes. Son frases cortas que tiene enjundia, contenido. A veces con un toque
de humor, de poesía…a veces son frases más largas y nos intriga hasta que no
las completa.
Sus mensajes se comentan, se guasapean,
se cuelgan en Facebook y se tuitean. Al final, sin salir del anonimato,
Anoniman ha creado su blog – frasesanonimas- donde recoge sus ya más de 500
mensajes.
Y es que lleva años haciéndolo.
De noche, cada cierto tiempo – una semana…dos…- cambia la frase. Hay gente que
no cambia la ruta, pesada y densa, para no perderse la frase. Hay gente que las
colecciona. Y muchos, muchísimos, las comentamos.
Anoniman se ha convertido para mí
en un referente de lo que se puede hacer cuando se quiere hacer algo. De esta
persona admiro su capacidad para darnos lo que necesitamos tanto: una palabra
de humor o ánimo al comenzar el día, un poco de poesía, una sonrisa…algo
inmaterial pero esencial. Anoniman sabe leer corazones y crear respuestas.
Porque es creativo. En su tierra no sólo crecen frutos sino sonrisas. De
Anoniman admiro la constancia, porque ya son muchos años los que lleva montando
de noche sus mensajes.
Pero Anoniman es un ejemplo de
gratuidad. Ahora le llega algo de fama – y sigue sin dar el nombre aunque los
lugareños saben, por supuesto, que es su vecino- pero él escribe a fondo
perdido. Su objetivo, dice su blog, es sembrar optimismo.
Anoniman podría ser de Nazaret.
Por lo escondido, por los medios sencillos, por la constancia, por la
esperanza, por el inmenso amor que hay a todos los que ni siquiera conoce y van
por carretera. Por la gratuidad y el bien sembrado.
Todo un ejemplo.
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