lunes, 15 de junio de 2009



ESTA SEMANA CELEBRAMOS LA FIESTA DEL SAGRADO CORAZÓN


Para celebrar el corazón - el amor - de Jesús - hay que echarle una ojeada al nuestro. Porque nuestra experiencia de Dios se nutre también de nuestras experiencias vitales. Algunas de las que vivimos:


1) Experiencias de dejarse querer y ser querido .

Vivir la benevolencia divina a través de la experiencia concreta de ser querido intensamente por diversas personas. Desde la experiencia de dejarse querer y sentirse querido, nos capacitamos para querer y sembrar cariño. Al reconocer que nos quieren bien, nos capacitamos para querer bien, más y mejor.

2) Experiencias de transmitir, contagiar y comunicar cariño a muchísimas personas;

de quitar miedos, infundir ánimos, transmitir calor humano acogedor y encarnar la benevolencia divina.

3) Experiencia de detectar dónde hay odios que desactivar y agresividades que desarraigar:

conjugar la máxima tolerancia con la denuncia de lo intolerable. Experiencia de hacerse voz profética de las personas sin voz aunque sea en pequeña escala.

4) Experiencia de sentirse capacitado para sonreir a pesar de los pesares.

Aquí hay que bajar la cabeza muchas veces ante el mal que no entendemos, insoluble racionalmente y solamente asumible en la “esperanza contra toda esperanza”, sobre todo cuando el mal y la violencia se imponen hasta en el interior mismo de las iglesias...

Repasa cómo estás en estas experiencias porque son, entre otras, las que Jesús vivió...Y si tu corazón está dañado Él es el reparador. ¡Ponte en sus manos!

(basado en uno de tantos textos que llegan...)





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